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Channel: El quicio de la mancebía (EQM)

Antoine Duhamel [Francia, 1925-2014]

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[en construcción].

Antoine Duhamel fotografiado por Roman Bonnefoy. Vía.

'Ferdinand' [1965]. Compuesta por Antoine Duhamel para la banda sonora, toda suya, de 'Pierrot el loco' [1965], película de Jean-Luc Godard.

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Fallece el músico Antoine Duhamel

Fue el compositor de las bandas sonoras de varias películas de Godard y en sus últimos años trabajó para cineastas españoles

Gregorio Nelinchón en El País, 110914.

Es curioso que un compositor tan francés en su estilo y sus gustos como Antoine Duhamel acabara realizando bandas sonoras para bastantes películas españolas de los años noventa, especialmente las dirigidas por Fernando Trueba. Puede que porque Trueba sea el gran amante del cine francés en la cultura española. Hijo del escritor Georges Duhamel y de la actriz Blanche Albane, el músico, nacido en Valmondois (en el departamento de Val-d'Oise), falleció el miércoes 10 a los 89 años.

"Su música le dio su identidad imperecedera, su alma invisible, a esas películas míticas que fueron Pierrot el loco, de Godard, Besos salvajes, El pequeño salvaje o La sirena del Misisipi, de Truffaut", aseguró en un comunicado la ministra francesa de Cultura, Fleur Pellerin. A Godard y Duhamel les presentó, para que colaboraran en Pierrot el loco (1965), la actriz Anna Karina, quien había conocido con Duhamel el año anterior, 1964, en La vida es magnífica, de Maurice Ronet.

Antoine Duhamel trabajó en los años sesenta con los cineastas líderes de la Nouvelle Vague, como Jean-Luc Godard, de quien decía haber aprendido "cómo servirse de la música". Con quien conectó mejor fue con Bertrand Tavernier, con quien colaboró en diversas ocasiones; gracias a uno de sus filmes, Salvoconducto, obtuvo en premio en la Berlinale de 2002. Fue cinco veces candidato al premio César y tres a los Goya (El sueño del mono loco, Belle epoque, La niña de tus ojos), pero nunca los ganó.

Para Fernando Trueba compuso cuatro bandas sonoras; para su hermano David, una (La buena vida); para Gerardo Herrero musicó Malena es nombre de tango, y también realizó las partituras de Belmonte, de Juan Sebastián Bollaín, Tranvía a la Malvarrosa, de José Luis García Sánchez

El compositor, que en 1980 fundó la Escuela de Música de Villeurbanne, dedicada al jazz, las músicas tradicionales, las composiciones barrocas y la canción, trabajó por última vez en el telefilme L'affaire Ben Barka (2007). "Durante su larga carrera dedicada al cine siempre fue un compositor enamorado de la música, un músico ecléctico y curioso que componía con la misma alegría óperas o canciones", agregó la ministra de Cultura.

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Begin Again [2013], de John Carney

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Cartel polaco de la película. Vía MoviePosterDB.

'Like a Fool' [1962]. Compuesta por John Carney, director de la cinta, e interpretada por Keira Knightley, que también es la actriz protagonista del film. Vía Interscope Geffen A&M Records.


TÍTULO Begin Again (Can a Song Save Your Life?)
AÑO
2013
DURACIÓN
104 min. Trailers/imágenes
PAÍS
DIRECTOR John Carney
GUIÓN

John Carney

MÚSICA Gregg Alexander
FOTOGRAFÍA Yaron Orbach
REPARTO
Keira Knightley, Mark Ruffalo, Hailee Steinfeld, Adam Levine, James Corden, CeeLo Green, Catherine Keener, Mos Def, +
PRODUCTORA

The Weinstein Company / Exclusive Media +

http://beginagainfilm.com


SINOPSIS

La pasión por la música lleva a Gretta (Keira Knightley) y a Dav (Adam Levine), novios desde el instituto, hasta Nueva York. Pero cuando él, una vez alcanzado el éxito y la fama, la abandona, ella se queda completamente desolada. Una noche, un productor de discos (Mark Ruffalo) recién despedido, la ve actuar en un bar de Manhattan y queda cautivado por su talento. Primera película en USA del director de "Once". (Filmaffinity)

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CRITICAS:
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"'Can a Song Save Your Life?' plantea una pregunta retórica dentro del gran esquema de una película que ofrece pocas emociones (...) es ésta una 'canción' decente para escucharla una vez, pero no una a la que correrás a darle al replay tras terminarla.". Kevin Jagernauth: Indiewire.
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"Los discretos placeres de la película te van pillando desprevenido (...) La adorable química entre Knigthley y Ruffalo enriquece muchas de sus escenas juntos". David Rooney: The Hollywood Reporter.
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"Una película despiadadamente honesta, modelada en la misma sinceridad hermosa, casi desesperada, de la película musical que puso a Carney en el mapa: 'Once'". Owen Gleiberman: Entertainment Weekly.
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"Ruffalo y Knightley son un cautivador par de colegas y su aventura musical juntos resulta una historia encantadora, dulcemente divertida y, en ocasiones, emotiva (...) Puntuación: ★★★ (sobre 4)". Claudia Puig: USA Today.
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"Es difícil encontrar una película que utilice la música para definir el amor sin sentimentalizarlo. Pero 'Begin Again' (...) es una excepción maravillosamente bonita (...) Puntuación: ★★★ (sobre 4)". Peter Travers: Rolling Stone.
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"Si 'Once' fue una tonificante explosión de agua fresca, 'Begin Again' es una lata de Fanta. Si 'Once' era piano, 'Begin Again' es un sintetizador. Si 'Once' era Otis Redding, 'Begin Again' es Bruno Mars (...) Puntuación: ★★ (sobre 4)". Kyle Smith: New York Post.
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"John Carney es capaz de hacerse preguntas sobre un género (el musical) que revive en sus manos de forma desnuda y purísima". Jordi Costa: Diario El País.
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"Es fresca, acogedora y tónica, está ejemplarmente estructurada y muy bien conducida por Knightley y Ruffalo (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)". Jordi Batlle Caminal: Diario La Vanguardia.
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"Optimista, amable, luminosa y mágicamente tocada por el sentido de la maravilla sentimental (...) la película de John Carney es de las que te hacen salir del cine con un subidón de buen buen rollo (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)". Fausto Fernández: Fotogramas.
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"El director de 'Once' se hace una versión de sí mismo con estrellas de Hollywood (...) Puntuación: ★★★½ (sobre 5)". Andrea G. Bermejo: Cinemanía.

MI OPINION:
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Cuando comenzó la proyección me temí lo peor porque al naif estilo joven y desenfadado se le añade un gotero de falta de luminosidad y un perfil del personaje masculino lleno de histrionismo y caricaturización.

Pasado el trance, la película deviene en encantadora, fresca, sensitiva, independiente y, sobre todo, plena de una mágica musicalidad que nada tiene que ver con los habituales tostones estadounidenses donde baila hasta el apuntador.

Bien dirigida por un director músico irlandés que ya rodó la musical 'Once', cuenta una historia pretexto, con buena fotografía, guión, ritmo, ambientación y montaje.

Las secuencias musicales, que dan lugar a una preciosa banda sonora, tienen una empatía complice y cautivadora, ensalzadora del valor de la música como complemento de lo visual.

La moraleja contra el capital, impostada, superficial e innecesaria por conocida y porque no añade nada al atractivo de la cinta.

De la interpetación, dos apuntes.

De Mark Ruffalo acabé hasta el moño, por una sobreactuación cansina hasta suplicar que se cabe, por favor. Está claro que se han puesto de moda estos personajes del famoseo secundario que le dan a la enajenación mental alcoholizada o lo que sea, sin que falte, por supuesto, cualquier otra adicción y una higiene corporal digna de peor causa.

Keira Knightley, por el contrario, llena la pantalla con su encanto, encandila, aunque su nivel interpretativo deje mucho que desear, por tratarse de un repertorio gesticular básico y repetitivo. Pero ya les adelanto que no me perderé ninguna de sus películas: una preciosidad.

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Musical fresco, innovador, en el que Keira Knightley arrolla sin necesidad de actuar [7 sobre 10]

EQM

vía

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Banda sonora editada

01. "Lost Stars". 4:27. Adam Levine. Gregg Alexander, Danielle Brisebois, Nick Lashley, Nick Southwood.
02. "Tell Me If You Wanna Go Home". 3:39. Keira Knightley. G. Alexander, N. Lashley.
03. "No One Else Like You". 3:28. Adam Levine. G. Alexander, N. Lashley.
04. "Horny". 3:38. CeeLo Green. Alexander, Rick Nowels.
05. "Lost Stars". 4:00. Keira Knightley. G. Alexander, Danielle Brisebois, N. Lashley, N. Southwood.
06. "A Higher Place". 3:12. Adam Levine. G. Alexander, R. Nowels.
07. "Like a Fool". 2:27. Keira Knightley. John Carney.
08. "Did It Ever Cross Your Mind (Demo Version)". 3:38. Cessyl Orchestra. G. Alexander.
09. "Women of the World (Go on Strike!)". 3:15. CeeLo Green. G. Alexander, C. Green, R. Nowels.
10. "Coming Up Roses". 3:13. Keira Knightley. G. Alexander, D. Brisebois.
11. "Into the Trance". 4:05. Cessyl Orchestra. G. Alexander.
12. "A Step You Can't Take Back". 3:25. Keira Knightley. J. Carney, G. Alexander, D. Brisebois.
13. "Lost Stars (Into the Night Mix)". 3:38. Adam Levine. G. Alexander, D. Brisebois, N. Lashley, N. Southwood.
14. "The Roof is Broke (Demo Mix)". 3:00. Cessyl Orchestra. G. Alexander.
15. "Tell Me If You Wanna Go Home (Roof Top Mix)" (featuring Hailee Steinfeld). 3:27. Keira Knightley. G. Alexander, N. Lashley.
16. "Intimidated by You". 2:28. Cessyl Orchestra. G. Alexander.

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YouTube: bso editada completa: The Cloud.

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Crítica de Lo Que Yo Te Diga.

Fuentes:

Filmaffinity [críticas], IMDb, Wikipedia y elaboración propia [EQM].

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Albert Rivera, ante la Ley de Consultas

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Exposición de Albert Rivera con motivo del Pleno en el Parlamento Catalán del pasado viernes para aprobar la nueva Ley de Consultas populares no referendarias y participación ciudadana, que Artur Mas pretende le habilite para convocar la consulta independentista. En español [salvo mínima  introducción].

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Albert Rivera, líder de C’s, reclama en el Parlament que “ante una legislatura agotada, con un presidente agotado y un socio agotador, convoque elecciones”

Ciudadanos, 190914.

“El debate sobre la consulta no es un debate jurídico sino de valores democráticos, están en juego los derechos, las libertades y la unión de los españoles”. Así lo ha manifestado el presidente de Ciudadanos (C’s), Albert Rivera, este viernes, durante el pleno del Parlament en el que se ha aprobado, con el respaldo de CiU, ERC, ICV- EUiA, PSC y la CUP, la Ley de Consultas populares no refrendarías.

Además, Rivera ha aclarado que “esta ley, mal llamada de consultas, no sirve para hacer una consulta sino un referéndum ilegal”. “Si ustedes dicen que son soberanos y que tienen competencias para convocar una consulta, ¿por qué tienen que pedir permiso a Madrid? Lo que pasa señor Mas es que usted no tiene competencias para hacer un referéndum secesionista encubierto que solo busca separarnos de nuestros compatriotas españoles y europeos” ha espetado el líder de C’s.

El presidente de Ciudadanos ha reiterado al president Mas que “ante una legislatura agotada, con un presidente agotado y un socio agotador, convoque elecciones autonómicas para que los catalanes puedan escoger un gobierno limpio y de todos,que tienda puentes y que no divida a los ciudadanos en bandos”. Albert Rivera ha asegurado que “Ciudadanos no quiere un paísdonde se tape la corrupción con la estelada, sino que apuesta por una España y una Unión Europea que funcione, donde los nacionalismos y los populismos no tengan cabida”.

El líder de C’s ha pedido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que deje de pactar con los separatistas y le ha advertido que “la salida a la crisis económica e institucional que vive España no consiste en contentar al señor Mas y al señor Junqueras, sino que la única solución es trabajar por un proyecto español atractivo que seduzca a todos los españoles”. Rivera: “El debate de la consulta no es un debate jurídico sino de valores democráticos, están en juego la libertad, la igualdad y la unión de todos los españoles”.

Pleno del Parlamento de Cataluña.

Día: Viernes, 19 de septiembre de 2014. Hora: 16: 30h. Lugar: Salón de sesiones. Carácter de la sesión: sesión ordinaria.

Proposición de ley de consultas populares no referendarias y participación ciudadana (Tram. 202-00029/10)

Comisión de Asuntos Institucionales

Debate y votación del dictamen de la Comisión, de las enmiendas reservadas y de las enmiendas subsiguientes al dictamen del Consejo de Garantías Estatutarias.

(informe: BOPC, 364, 3; dictamen: BOPC, 366, 3; dictamen del Consejo de Garantías Estatutarias: BOPC, 382, 17).

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Pedro Sánchez y su singularidad federal

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Me lo dijo Pérez

Si el arruinador ZP fue un maestro del relativismo,de modo que para él cualquier noción del bien, e incluso de la sensatez, es tan buena como cualquier otra, al ser todo discutido y discutible, nuestro nuevo lider socialista Pedro Sálvame -¿de donde saca pa tanto como destaca?- parece que se quiere erigir en portavoz de ese singularismo consistente en que el modelo territorial quedaría de perlas si coexistieran distintas nociones del bien regional, de modo que  el café para todos fuera sustituído por el café para los muy cafeteros y para el resto [de España] malta, de primera, eso sí.

Eso viene a decir, el muchacho, en su esbozo de proyecto que ayer publicó en El País, 'Política para un nuevo pacto. Una reforma pactada de la Constitución resolvería el encaje de Cataluña en España':

"[...] el Estado de las autonomías necesita una actualización de las previsiones constitucionales que incorpore una perspectiva federal, [...] reconozca las singularidades de algunas comunidades, promueva la lealtad recíproca, y garantice iguales derechos a los ciudadanos."

O sea: federalismo, singularidad, lealtad  e igualdad de derechos. ¡Toma ya!

Es decir, cojamos la Constitución y cambiemos la denominación de territorios de 1ª y de 2ª: si ahora se llaman nacionalidades históricas, nacionalidades sin historia y regiones, llamémoslas Comunidades con singularidades y Comunidades con pluralidades.

Qué buenos son que nos llevan de excursión. Sinceramente, prefiero considerar tonto, muy tonto, a quien intenta calificarnos como tales a los depositarios de la soberanía.

Finalmente, la anécdota.

He aquí que el susodicho firma su ingenio como ‘Pedro Sánchez Castejón’ cuando hasta en Wikipedia -y en el Congreso- saben que se llama Pedro Sánchez Pérez- Castejón. Divino.

Si mal está que al lider socialista, obrero y español, lo de Sánchez Pérez le suene que ni les cuento, mucho peor es que, como por encanto, se borre ese honroso Pérez, que le va, por qué no, como anillo al dedo.

EQM

Política para un nuevo pacto

Una reforma pactada de la Constitución resolvería el encaje de Cataluña en España

Pedro Sánchez Castejón en El País, 220914.

En una de sus más célebres y profundas intervenciones en las Cortes, Manuel Azaña nos enseñó que cuando un problema —sea cual sea su índole o naturaleza— “adquiere la forma, el tamaño, el volumen y la línea de un problema político, entonces es cuando este entra en los medios y en la capacidad y en el deber de un legislador o de un gobernante”. Creo que, a estas alturas, nadie duda de que tenemos un problema y no uno cualquiera. Es un problema esencial, formidable, porque afecta a la integridad misma del Estado.

Si llamamos a las cosas por su nombre, lo que hoy se está planteando por algunos es la ruptura del Estado y eso altera la idea misma de lo que es España. Y la cuestión es si la definición futura de esa comunidad de vida que generaciones y generaciones de hombres y mujeres han creado con su esfuerzo, con su trabajo, con sus sueños y sus frustraciones, a la que han llamado España y han logrado que así sea conocida y reconocida en la comunidad internacional, puede quedar en manos de una parte sola de las que la integran o deben hacerlo todas ellas.

Algunos de los partidos políticos catalanes y, lo que es más relevante, la propia Generalitat de Cataluña han defendido, primero en términos políticos y ahora en términos también jurídicos, que lo que sea Cataluña solo les compete a ellos aunque con sus decisiones afecten al hoy y al mañana del conjunto de los españoles entre los que ellos mismos se encuentran.

Para hacerlo, el presidente Mas y las fuerzas políticas que le apoyan han desarrollado un proceso lleno de juegos de palabras para aparentar que respetaban la legalidad cuando buscaban suplantarla: ha sido el período de “consulta” en vez de referéndum, ha sido la defensa del “derecho a decidir” en vez de la autodeterminación, ha sido la oscilación calculada entre la llamada a la “desobediencia civil” y el “se hará conforme a la legalidad”. Solo unas horas antes de que el Parlamento de Cataluña aprobase la ley de consultas, Artur Mas reconoció que, efectivamente, se trataba de dar el paso a la autodeterminación.

No hace falta más para captar la dimensión del desafío: es el primero y más grave, el principal problema político que debemos afrontar. Es la hora, pues, como apuntaba Azaña, del legislador y el gobernante, es decir, de la ley y la política y, como él añadía, tanto da si es fácil o difícil hacerlo.

Primero, la ley. Todos sabemos, incluidos los promotores de la iniciativa, que el proceso en que se han metido no cabe en la Constitución porque viola la soberanía que, en forma indivisible, corresponde al conjunto de los españoles.

Desde luego, el Partido Socialista así lo piensa y, por ello, ha dicho, una y otra vez, que comparte la posición del Gobierno que incluye la impugnación de la ley de consultas y la convocatoria que, sobre sus disposiciones, hará el presidente de la Generalitat y también la adopción de las medidas y disposiciones necesarias para que la consulta en cuestión no se realice. Creemos que esa es la obligación del Gobierno porque la Constitución a todos nos ampara pero a todos nos compromete. Y el PSOE mantiene vivo su compromiso con la Constitución.

Pero todos nos engañaríamos si pensásemos que, con esto, hemos arreglado todo.

No será así. Después de un 9-N sin consulta, habrá que hacer frente a sentimientos nuevos que se expresarán en Cataluña: frustración, enojo, desánimo, resistencia incluso; también, esperanza y alivio. Son sentimientos que afectarán a todas las dimensiones de la vida social, no solo a la política, y cuyos efectos se notarán no solo en Cataluña sino en el conjunto de España. Nuestra obligación colectiva es conocerlos y atenderlos para que no dañen el sistema de convivencia y bienestar que la Constitución diseñó.

Y habrá que hacer frente, también, a los numerosos síntomas de que son muy reales las disfunciones, insuficiencias y obsolescencias del sistema político que inició la Constitución: tiene una crisis de crecimiento que también hay que conocer y atender.

En medio del silencio general, el Partido Socialista viene insistiendo desde hace meses y meses que la respuesta a nuestros problemas esenciales, incluida la articulación de Cataluña, hay que encontrarla en una reforma pactada de la Constitución. Y creemos que hay razones y oportunidades para hacerlo.

Es verdad que hay quien se crispa ante la idea de que esa reforma se hace por y para Cataluña. Si así fuese, también estaría justificada, siempre que no produjese agravios o discriminaciones, porque el Partido Socialista —y con él, estoy seguro, millones de españoles— no concibe, ni quiere, una España sin Cataluña y tampoco una Cataluña en España con sensación de incomodidad, de incomprensión, de insatisfacción.

Pero no es el caso: el Estado de las autonomías necesita una actualización de las previsiones constitucionales que incorpore una perspectiva federal, asigne claramente competencias, asegure una financiación previsible y suficiente, reforme profundamente la composición y las funciones del Senado, reconozca las singularidades de algunas comunidades, promueva la lealtad recíproca, y garantice iguales derechos a los ciudadanos.

Si estas son razones suficientes para plantear una reforma de la Constitución que las haga posibles y que contribuya, así, a prorrogar en el tiempo el éxito que suponen estos 36 años últimos, deberíamos aprovechar la ocasión para atender, al tiempo, algunas otras urgencias. Necesitamos un nuevo impulso a nuestra democracia, que la profundice y la extienda, que fomente la participación ciudadana, revitalice el Parlamento, mejore la representatividad de los electos, reduzca los aforamientos y asegure la independencia de la Justicia. También, por cierto, que reconozca y extraiga las oportunas consecuencias de nuestra pertenencia a la Unión Europea

Y necesitamos actualizar el catálogo de derechos y libertades de los ciudadanos: para reconocer las nuevas formas de familia, suprimir definitivamente la pena de muerte, hacer de la protección de la salud un derecho real y efectivo, tutelar en serio el derecho al trabajo y a la vivienda, garantizar el compromiso efectivo de los poderes públicos con las políticas sociales que cristalizan el Estado de bienestar. Esta es la reforma de la Constitución en la que los socialistas pensamos.

Sabemos que no es partir de cero, porque no lo queremos. Y sabemos, igualmente, que esta es nuestra propuesta y solo la nuestra que, en consecuencia, no tiene por qué ser compartida por todos, por lo que el resultado será el que entre todos acordemos.

No es una lista de condiciones previas. Es una propuesta que, en un ejercicio de responsabilidad, dirigimos a todos para comenzar a trabajar con lealtad y con la voluntad de, mediante encuentros y renuncias mutuas, alcanzar un acuerdo.

Hasta ahora, hemos estado solos. Y en esta dimensión es en la que echamos de menos al gobernante, a la política. Creemos que el presidente del Gobierno ha guardado silencio durante demasiado tiempo; creemos que no puede seguir sosteniendo que su obligación se limita al cumplimiento de la Constitución. También le corresponde posibilitar, con su mayoría, un pacto nuevo que satisfaga esas necesidades y algunas otras.

En unas semanas, Mariano Rajoy habrá demostrado que el Estado no admite desafíos. Bien. Ahora debe demostrar que es capaz de trabajar por el futuro y no solo por su mantenimiento. El Partido Socialista está convencido de que no podemos esperar más, de que no podemos seguir quietos. Y en el diseño y la construcción de ese futuro estaremos, de nuevo, comprometidos. Y daremos pasos para facilitarlo y hacer posible un nuevo pacto, un nuevo acuerdo de convivencia. Y este sí será sometido a refrendo de todos los ciudadanos.

Pedro Sánchez es secretario general del PSOE

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La nueva vejez: sobrevivir sin júbilo

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Abandonado el baile por prescipción facultativa... ¿qué me queda?

EQM

"No quiero pasar de los 75 años": 5 razones para vivir menos tiempo

Héctor G. Barnés en El Confidencial, 200914.

“Setenta y cinco. Ese es el tiempo que quiero vivir: setenta y cinco años”. De esta manera arranca un sugestivo artículo publicado en The Atlantic por Ezekiel Emanuel, director del Departamento de Bioética Clínica del Instituto Nacional de Salud Estadounidense. En él, el autor de Reinventando la sanidad pública (Public Affairs), una de las referencias mundiales de la ética médica, expone sus razones por las que preferiría no seguir viviendo después de los 75. No es que pretenda suicidarse o solicitar la eutanasia cuando llegue a dicha edad, sino que, simplemente, no hará nada por prolongar su vida de forma artificial. Ello incluye reducir sus visitas médicas al mínimo, renunciar a las vacunas, a pruebas médicas y, en caso de sufrir cáncer u otra enfermedad potencialmente mortal, evitar todo tratamiento. Emanuel no es un suicida, pero a partir del año 2032, la muerte se lo llevará sin que ponga ningún impedimento.

Puede parecer una excentricidad, como le recuerdan su familia y amigos, pero Emanuel tiene sus razones para mantener su posición incluso en el caso de que llegue a dicha edad en plenitud de capacidades físicas y mentales. Que le quiten lo bailao, como se dice, ya que recuerda que a los 75 años habrá vivido una existencia totalmente plena. “Habré amado y sido amado. Mis hijos ya serán mayores y estarán en el ecuador de sus vidas. Habré visto el nacimiento de mis nietos. Morir a los 75 no será una tragedia”. De hecho, el profesor de la Universidad de Pensilvania, que presume de haber escalado el Kilimanjaro este mismo año, planea realizar en vida su servicio fúnebre, y que la banda sonora de este no se encuentre formada por lloros y gritos, sino por risas y recuerdos.

La razón por la que nos resulta tan peculiar la visión de este médico, uno de los grandes luchadores en favor de la eutanasia –con la que reconoce que su caso no tiene nada que ver, puesto que esta es una forma de mitigar el dolor– es cultural. Existe un nuevo tipo de hombre, “el americano inmortal” (aunque se puede extender a todos los países occidentales) que cree en una serie de mitos que son falsos. La mayor parte de sus compatriotas, explica, están obsesionados por la eterna juventud, y de ahí que hagan ejercicio continuamente, que mejoren su dieta, que cuiden su salud… Una aspiración que, en opinión de Emanuel, resulta “equivocada y potencialmente destructiva”. ¿Por qué?

1. Vivimos más, pero no necesariamente mejor

En los años ochenta, el profesor de Stanford James F. Fries enunció la teoría de la “compresión de la morbidez”, en la que todo el mundo desea creer. Esta sugiere que, a medida que la esperanza de vida aumenta, también lo hace la cantidad de tiempo que disponemos en plena forma. Se trata de una idea intrínsecamente americana, coherente con el mito del “inmortal” del que Emanuel había hablado. “Nos dice exactamente lo que queremos creer: que viviremos vidas más largas y, de repente, moriremos sin ningún dolor o deterioro físico”, explica. Pero la realidad es que las razones del aumento de la esperanza de vida han cambiado sensiblemente a partir de los años sesenta. Hasta esa fecha, los avances médicos permitieron que la mortalidad infantil descendiera de forma espectacular. Desde los años sesenta, la expectativa de vida en los países occidentales sigue aumentando, pero por razones muy distintas: debido a que la mortalidad infantil no se puede reducir más, se ha alargado la vida después de los sesenta años.

Un panorama ideal, podría parecer. La lógica sugiere que, si vivimos más tiempo, también aumentará el tiempo que podemos disfrutar de nuestro bienestar. Pero parece ser que no es así. Citando una serie de investigaciones realizadas por la profesora de la Universidad de California del Sur Eileen Crimmins, “el incremento de la longevidad parece estar acompañada por el incremento en las discapacidades”. Datos refrendados por los estudios sobre “esperanza de vida saludable” realizados por el Instituto de Salud Pública de Harvard, que señalan que, en la actualidad, pasamos mucho más tiempo de nuestras vidas sufriendo enfermedades incapacitantes. En resumidas cuentas, no se trata de un incremento de la esperanza de vida, sino un aumento de la esperanza de vida… enfermos.

Como bien resume Emmanuel, “la salud pública de los últimos 50 años no ha ralentizado el proceso de envejecimiento”, sino más bien, “ha ralentizado el proceso de la muerte”. Al final, nuestro tiempo extra en este mundo se emplea en morir más lentamente. Como recuerda el profesor, la muerte en el mundo contemporáneo suele ser el resultado de las complicaciones de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, los problemas coronarios, etc. Las investigaciones médicas del futuro no deberían centrarse ya en alargar la vida, recuerda el doctor, sino en acabar con las enfermedades crónicas asociadas a dicha prolongación de la existencia.

2. Tu cabeza no funcionará igual

En Estados Unidos, unos cinco millones de ciudadanos sufren alzhéimer. En España, 40.000 nuevos casos son diagnosticados cada año, y la cifra total asciende hasta 600.000. Como alertó el pasado 18 de septiembre la Sociedad Española de Neurología, en el año 2050 puede haber en nuestro país un millón y medio de casos, es decir, más del doble que en la actualidad. A medida que envejecemos, las probabilidades de sufrir una enfermedad neurodegenerativa aumentan. Nos gusta pensar que somos los elegidos y a que nosotros no nos tocará, pero es algo que todo el mundo piensa, includos aquellos que terminarán cayendo en las redes de dicha enfermedad.

Ni siquiera en el caso de que consigamos mantenernos al margen de enfermedades como el alzhéimer podremos evitar problemas como la ralentización de nuestro pensamiento, la pérdida de memoria y las dificultades a la hora de resolver problemas. “A medida que nos movemos cada vez más lento, también pensamos lentamente”. La creatividad, la originalidad y la productividad descienden drásticamente a partir de los 75 años.

3. Ya hemos dado lo mejor de nosotros mismos

Una consecuencia de lo planteado anteriormente, y también, la muestra de que nos gusta engañarnos. La mayor parte de profesionales alcanzan su cénit unos 20 años después de comenzar su trabajo. A partir de ahí, nuestras capacidades descienden poco a poco, especialmente en lo concerniente a la creatividad. Emanuel recuerda que esta curva probablemente esté originada por razones relacionadas con la neuroplasticidad y la formación de nuevas conexiones neuronales, lo que le lleva a asegurar que “es difícil, si no imposible, generar nuevos pensamientos creativos, porque no desarrollamos un nuevo conjunto de conexiones neuronales que pueda sustituir la red existente”. Ejemplo de ello es lo complicado que resulta a un anciano aprender una nueva lengua. El problema, una vez más, es que tendemos a pensar que nos apartaremos de la media, que nuestra vejez será más inspirada que la del resto. Y, aunque en algunos casos puede ser así, Emanuel recuerda que la mayor parte de nosotros encajaremos con los datos, y estos dicen que seremos menos creativos.

4. Nuestras expectativas y ambiciones cambian

Es inconsciente, pero debido a que nuestras capacidades mentales y físicas están mermadas (y, si aún no lo están, pronto lo estarán), y a que nuestro horizonte vital es mucho más limitado, empezamos a reducir nuestras expectativas sobre el futuro hasta que acabamos por completo con nuestras ambiciones. Pero no sólo limitamos nuestra visión del futuro, sino también nuestras vidas, que poco a poco se convierten en monótonas y conservadoras. ¿Para qué embarcarse en una empresa que sabemos que no podremos terminar? Es preferible que nos quedemos sentados en el sillón, esperando que termine el programa de televisión.

5. Vivir demasiado supone un elevado coste emocional para nuestra familia

La evolución natural provocaba que, en el pasado, el patriarca fuese sustituido por adultos en su plenitud cuando este fallecía. Ahora, y no hay más que observar a la Familia Real inglesa para darse cuenta de ello, un anciano sustituye a otro. Es la llamada generación sándwich, que se ve obligada a cuidar de sus hijos y sus padres en el mismo grado. Emanuel mantiene que, más allá de los 75, los padres pueden convertirse en un gran peso para la familia, de la que dependen cada vez más, y a la que ya no pueden aportar gran cosa, ni siquiera emocionalmente. Además, explica, “deseamos que nuestros hijos nos recuerden en nuestro mejor momento, activos, vigorosos, animados, astutos, entusiastas, divertidos, cálidos, cariñosos, no encorvados e indolentes, olvidadizos y repetitivos”. Ningún padre quiere ver morir a sus hijos, pero ningún hijo quiere enfrentarse con la muerte de sus padres. “La tragedia definitiva”, considera el doctor, “es dejar a nuestros hijos y nietos con recuerdos marcados no por nuestra alegría de vivir sino por nuestra fragilidad”.

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Rafael Catalá, a Mas a Mas singular

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Singular candidato

Rafael Catalá, madrileño, aunque su apellido parezca insinuar otra cosa, valenciano de origen y, Si Dios no lo remedia, próximo Ministro de Justicia de Mariano, en sustitución del vapuleado Alberto R. Gallardón, hacía las siguientes declaraciones, a comienzos de este verano, o sea, el otro día, en la web de la Asociación del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, de la que es miembro como funcionario de tal cuerpo:

Señor Catalá, ¿hacia dónde va Catalunya?

Bueno, mi apellido, aunque puede ser de origen catalán, proviene familiarmente de Valencia. No obstante, por mi trabajo, por mis viajes o mis colaboraciones con ESADE he tenido contacto con el sentimiento catalán, de percepción de una identidad singular propia, con un gran dinamismo cultural y un avanzado grado de autogobierno. Cosa distinta es lo que está sucediendo en la política catalana, de fortalecimiento del independentismo, con posicionamientos individualistas, insolidarios y parciales, que, otorgándose unilateralmente una legitimidad y soberanía que no les corresponden, pretende imponer a muchos la voluntad de pocos, en una deriva que, obviamente, está abocada al fracaso. Yo soy partidario de realizar ajustes de la Constitución para reconocer la singularidad catalana. Nuestra Constitución nos ha servido muy bien durante 30 años dándonos el periodo de mayor prosperidad de nuestra historia reciente, pero no es inamovible; puede ser reformada para mejorar el encaje de Cataluña, eso sí, buscando el mayor consenso posible.

[texto completo de la entrevista]

Este caballero, de preocupante apariencia infantil, debe de estar pensando en ‘reconocer MÁS todavía’ tal singularidad porque nuestra Constitución ya le otorga a Cataluña una falsa excepcionalidad, distinción, particularidad, peculiaridad, extravagancia, excelencia, idiosincrasia, en forma de nacionalidad histórica, que niega, por ejemplo, a Aragón, su reino o al Reino de Valencia, tierra de los ancestros de este singular a Ministro de Justicia.

Y ese permanente desprecio indirecto, digo yo, hacia el 'resto de España' en sus respectivos 'sentimientos', 'percepción de una identidad singular propia', 'dinamismo cultural' y 'grado de autogobierno'. Como si los habitantes de las demás CCAA, exceptuando el País Vasco, claro, fueramos bobos de baba.

¡Dios nos ampare!

EQM

r catalá.

Incapaz de comprender o predecir

Arcadi Espada en El Mundo, 240914.

El nuevo ministro de Justicia es un decidido partidario de la singularidad.

En junio hizo unas declaraciones a una revista gremial donde consta este párrafo:

«Yo soy partidario de realizar ajustes de la Constitución para reconocer la singularidad catalana. Nuestra Constitución nos ha servido muy bien durante 30 años dándonos el periodo de mayor prosperidad de nuestra historia reciente, pero no es inamovible; puede ser reformada para mejorar el encaje de Cataluña, eso sí, buscando el mayor consenso posible».

Yo creo que llegado este momento, y aun llegado antes el momento del artículo Sánchez de fondo, es la hora de decir en qué consiste la Singularidad verdadera, wiki mediante:

«En futurología, la singularidad tecnológica (algunas veces llamada simplemente la Singularidad) es un acontecimiento futuro en el que se predice que el progreso tecnológico y el cambio social se acelerarán debido al desarrollo de inteligencia sobrehumana, cambiando nuestro entorno de manera tal, que cualquier ser humano anterior a la Singularidad sería incapaz de comprender o predecir. Dicho acontecimiento se ha nombrado así por analogía con la singularidad espaciotemporal observada en los agujeros negros, donde existe un punto en el que las reglas de la física dejan de ser válidas, y donde la divergencia hacia valores infinitos hace imposible el definir una función.»

Bien.

Catalá y la 'singular' cesión ante los nacionalistas

Editorial de LD, 240914.

A pesar del encomiable estudio de FAES Por un Estado autonómico racional y viable, y de la promesa electoral del PP de acometer una "profunda reforma del sistema autonómico", no parece que el Gobierno de Rajoy esté dispuesto a acometer reforma alguna en este campo, salvo para tratar de contentar a los nacionalistas. Buena prueba de ello son las declaraciones efectuadas hace unos meses por Alberto Catalá Polo, en las que el sucesor de Gallardón en el Ministerio de Justicia se mostraba partidario de una reforma constitucional destinada a reconocer la "singularidad de Cataluña" y procurar un "mejor encaje" del Principado en España.

Tiempo habrá de valorar la gestión de Catalá en Justicia; pero es innegable que semejante propuesta es contraria a la igualdad de los españoles ante la ley y en lo relacionado con el autogobierno de las comunidades autónomas.

Difícilmente se puede mejorar el encaje de Cataluña de España por la vía de la cesión permanente ante los nacionalistas, que, lejos de mitigarlo, ha agravado el problema del secesionismo.

La reforma del modelo autonómico es necesaria; pero no con el fin de potenciar la desvertebración nacional y las singularidades que buscan separar unos territorios de otros, sino, por el contrario, para a evitar –por poner un ejemplo sangrante– que un ciudadano español no sea atendido en un hospital público de Gandía por el hecho de proceder de Castilla y León.

Las singularidades del modelo autonómico, lejos de contribuir al encaje de las autonomías en España, contribuyen a descoyuntar la Nación y el Estado de Derecho.

Por su parte, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se ha mostrado dispuesto a reconocer la "singularidad catalana" mediante la total entrega de la "competencia lingüística" a la Generalidad. Ésta ya tiene, desgraciadamente, muchas competencias en este terreno, y si no las tiene todas de derecho sí las tiene de hecho, habida cuenta de la absoluta y vergonzosa renuencia de los Gobiernos centrales a la hora de hacer cumplir las sentencias de los tribunales contrarias a la coactiva, inconstitucional y liberticida inmersión lingüística.

Conviene recordar, por otro lado, que hace más de un año el presidente del Gobierno ya ofreció, a través de Alicia Sánchez Camacho, un "singular modelo de financiación" a Cataluña, que no era otra cosa que una maquillada cesión al chantaje de Artur Mas cuando Rajoy cayó en que las amenazas del presidente de la Generalidad a propósito del pacto fiscal no eran una simple "algarabia".

Se acometan o no finalmente estos cambios, que más que reformas supondrían la voladura de la Constitución, lo cierto es que el Gobierno de Rajoy ya ha favorecido a la Generalidad, embarcada en su singular desafío a la Nación, con unos intolerables privilegios financieros a través del Fondo de Liquidez Autonómica.

Dados los increíbles extremos a que está llegando este Gobierno, lo de menos es que el nuevo ministro de Justicia fuera un alto cargo en tiempos de González. Lo de más son las motivaciones que han llevado a Rajoy a encumbrarlo.

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Menos singularidad (catalana) y más pluralidad

Cristina Losada en LD, 240914.

Por lo visto, todo el mundo sabe qué se quiere decir cuando se dice que conviene reconocer la singularidad catalana en la Constitución. Ha de ser así, cuando los proponentes del reconocimiento no se toman la molestia de entrar en los detalles. Como si sobraran explicación y desarrollo de puro obvio que resulta el concepto. El último partidario de este galimatías del que se ha tenido noticia es realmente un caso singular, ya que se trata del nuevo ministro de Justicia del Gobierno de España. El penúltimo, si bien se le conocía la inclinación, fue el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. ¡Dos singulares en dos días! Se ve que Dios los cría y ellos se juntan.

Rafael Catalá despachaba el asunto en dos o tres líneas de una entrevista. En cambio Pedro Sánchez le consagraba un largo artículo. Naturalmente, en el artículo sólo mencionaba una vez, como de pasada, a la criatura singular. Pero ésa era la cuestión, ella era el plato fuerte, por más que apenas llamase la atención entre los aperitivos, los caldos, las ensaladas y los postres que el dirigente socialista puso en abundancia, y con destreza, para que cualquiera que pasara por allí pudiese encontrar en el bufé un bocado de su gusto. Bien mirado, todo el esfuerzo del articulista Sánchez se dirigía a evitar que su propuesta de reforma constitucional oliera a plato preparado para uno solo de los comensales. De ahí que la cosa singular fuera de tapadillo y algo más repartida. Se trataría de reconocer "la singularidad de algunas comunidades".

Es una lástima que Sánchez y el PSOE ya no tengan siquiera un recuerdo para la distinción entre nacionalidades y regiones que se introdujo en el artículo 2 de la Constitución justo para reconocer singularidades. Fue aquella una discriminación muy discutida por gentes que, al contrario de cierto presidente, daban cierto valor a las palabras. Era el caso de Julián Marías, que escribió al respecto: "No hay nacionalidades –ni en España ni en parte alguna". Y sigue sin haberlas por más que a día de hoy haya en España, sobre el papel, las nacionalidades que uno quiera. Cualquier autonomía puede proclamarse nacionalidad en su Estatuto. Ser nacionalidad histórica o advenediza ya no significa nada, es decir nada singular.

Si ese proceso sirve de indicador, y creo que sirve, pues no es el único que ha ido en tal sentido, no habrá nada que se ponga en singular que no se pluralice. El desarrollo del Estado autonómico, con la excepción súper singular del privilegio fiscal vasco y navarro, se ha regido por una cláusula Camps permanente. Tácita, sí, pero efectiva. De modo que ¿cuál es el plan? No pensarán los socialistas que se puede reconocer en la Constitución la singularidad de Cataluña, sea lo que eso sea, y que se podrá privar del caramelito a las demás. Esto no sería abrir el melón, sería poner una piñata. Lo curioso del PSOE es que quiere introducir elementos antifederales envueltos en un bonito celofán federal.

Mucho ganaría la causa de la unidad, por la que Sánchez dice estar al cien por cien, si en lugar de poner el acento en el reconocimiento de la singularidad catalana el PSOE (y otros) lo pusieran en la pluralidad: en dar aliento a la pluralidad catalana, arrinconada y asfixiada por un nacionalismo que no se ha dedicado, en estas décadas, a otra cosa que a uniformizar.

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NOTA.- Enlaces, corchetes, negritas [con perdón] e imágenes son aportados por EQM.
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Urkullu, quiere soberanía por las buenas…

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Este muchacho tiene toda la razón

Si resulta ser que tanto PS [Pedro Sálvame], jefe de la oposición, como el que parece va a ser inminente Ministro de Justicia de Mariano, Rafael Catalá, están convencidos de que el encaje de los catalanistas en España quedará que ni 'niquelao' simplemente reformando de modo asimétrico la Constitución de todos los españoles, al gusto de Arturo y Oriol...

¿A quién le ve a extrañar que el nacionalismo vasco persiga más de lo mismo?

EQM

Urkullu pide reformar la Constitución para lograr la soberanía compartida

El lehendakari exige a ETA su desaparición y al Gobierno Rajoy una nueva política penitenciaria y la competencia en Prisiones

Juan Mari Gastaca en El País, 250914.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha redoblado su conocida exigencia política de acometer "con visión de Estado y altura de miras" un nuevo modelo de gobierno basado en la "soberanía compartida". Ha sido una de sus propuestas durante el discurso que ha abierto el pleno de Política General en el Parlamento vasco. En su intervención dedicada al autogobierno ha apelado a la necesidad de una reforma de la Constitución tras reiterar su apuesta por su proyecto de nuevo estatus para Euskadi. Y en el ámbito del proceso de paz ha exigido a ETA "su desarme y su desaparición" y al Gobierno central, una nueva política penitenciaria y el traspaso de las competencias de Prisiones.

El hecho democrático de un referéndum en Escocia ha permitido a Urkullu ahondar en su reivindicación de facilitar al "pueblo vasco" su reconocimiento como "sujeto político" en base a la existencia de "una realidad incontestable e insoslayable", ha dicho. Para conseguirlo, el lehendakari ha apelado a la tradición foral del pacto y del diálogo que habilite mediante "una pregunta clara" la expresión de la "libre voluntad de los vascos".

Consciente del escenario que se vive en Cataluña, el lehendakari ha urgido a que no se entienda la Constitución española como "un inamovible corsé de negociación" para así "facilitar su adecuación". Es ahí donde ha apelado a "la altura política y a la visión del Estado" para asumir "los derechos históricos vascos", con una cita expresa a los procedimientos del Concierto Económico.

Urkullu ha precisado que no debe plantearse una dicotomía entre autonomismo y soberanismo sino entre el reconocimiento de Euskadi como nación "frente a la concepción estatalista fagocitadora de toda pretensión de hacer real una verdadera democracia plurinacional". Consciente de su apuesta, ha recordado el aval que supone el artículo Primero del Estatuto de Gernika cuando se trata de reivindicar "el desarrollo orgánico como nación, como pueblo vasco".

En el desarrollo de su propuesta, siempre condicionada al consenso que se alcance en la ponencia de autogobierno en el Parlamento vasco, Urkullu ha reiterado la necesidad del "diálogo y el pacto" en el propósito de "adaptar la ley a la voluntad popular" para avanzar en "términos de mayor soberanía" hacia una consulta a la sociedad vasca para que decida sobre "nuestra vertebración política".

A su vez, Urkullu ha fijado la reflexión sobre el proceso de paz entre los tres ejes de su discurso, como ya viene haciendo desde su investidura. En su fotografía de situación ha admitido que "a pesar de los obstáculos" se está "mejorando", consciente de que la convivencia es "un enfermo que se está curando" a pesar de las dificultades y de que "queda por hacer".

El lehendakari, desde un mensaje "positivo ante la sociedad", ha vuelto a pedir a ETA su desarme y desaparición y al Gobierno central un cambio en la política penitenciaria y las competencias de Prisiones, como viene haciendo cada vez que se refiere a la consolidación de la paz en Euskadi ante la ausencia de pasos significativos.

Urkullu ha seguido firme en su exigencia a la banda terrorista para que desaparezca "sin ningún tipo de condicionamiento político", haciendo un reconocimiento "del daño injusto que ha causado" y con la necesidad de proyectar "una memoria crítica del pasado". A partir de ahí ha puesto en valor los "compromisos" del Plan de Paz y Convivencia que no consigue una penetración real entre las partes directamente concernidas, donde se aprecia un abierto escepticismo.

En sus palabras ha dedicado una especial atención a las víctimas del terrorismo. Ha desvelado que su Gobierno "está hablando, una por una, con todas las familias de las víctimas asesinadas" y que seguirá impulsando los programas abiertos en anteriores legislaturas.

En materia penitenciaria, Urkullu se ha referido al programa Hitzeman, donde se reivindica una nueva política en las cárceles y de reintegración social a partir de la asunción de las competencias en Prisiones. Ha destacado que se trata de una "vía legal, un programa de apoyo a los procesos legales de resocialización de personas presas para lograr un pronóstico favorable a su reinserción".

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